Fue un buen día el de ayer. Que el trabajo estuviera un poco flojo me permitió terminar de leer un libro, Luego, fui a comprarme pinches muy baratos, comí un rico almuerzo veraniego, subí el cerro Santa Lucia, Fui a un estreno de teatro, Me fui después del coctel junto a mi compañero de aventuras a cocinar pollo arvejado -ya era ultra tarde- y a tomar unas mentas frapes antes de dormir profundamente. Andaba contenta, esperanzada diría incluso y mi compañero de aventuras estuvo perfecto en todo lo que me acompaño y me afirmo fuerte las decenas de veces que me desestabilizaba sobre los inusuales tacos, perfecto.
Pero mi muy interesante vida personal la guardo para otra ocasión. El tema del estreno al que fui me interesa. Llenísimo, la obra me decepcionó en parte, no me conecté mucho la verdad, más me llamaba la atención la fauna humana que asistió al evento. Actores, actrices , aspirantes a , y las caras repetidas que van a todo, muy desarreglados especialmente para la ocasión. Muy compuestos la mayoría, hasta que un muchacho iba con una bandeja en la mano, todos se convertían en verdaderas pirañas y lo eran.
En algún momento me imaginé a un gran enemigo -no tengo peor enemigo- actuando de ese modo , como piraña y yo mirándolo con desaprobación , muriendo de vergüenza y botando el canapé al suelo , uhhhhhhhh si eso me hubiera pasado ayer habría sido uno de los mejores días.
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