No hay escape
11:43 | Author: Pau pau

El maldito no para de mirarme, intento fijar mi vista en la ventana, pero los buses pasan demasiado cerca , demasiadas caras , el doble de ojos husmeando.

Aburre, aburre una y otra vez. Suda igual que todos, pero solo a él detesto, las gotas se notan sobre su frente, le corren la pintura, eso es lo único que me divierte, hago un atisbo de mueca, ni siquiera tenso algún músculo facial, pero él lo nota, el maldito me descubre.

La patética situación prosigue, empeora, va directo a mi lado, me dedica sus gestos enfermizos, miradas y muecas, el peor de mis enemigos está frente a mi. No le sonrío, en ningún caso, pero sí lo hace la mujer junto a mi, eso le da más ánimo y continúa con la eterna interrupción a mi relajo. Finalmente me entrega su corazón el cual no quiero tocar pero insiste, era de paño rojo, estaba bastante roído , pero eso lo considero lógico ..... Cuantas veces un mimo hace entrega de sus porquerías en la micro al día? ... Para la próxima aunque el sol me llegue de lleno me voy mirando por la ventana.


|
This entry was posted on 11:43 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.

1 comentarios:

On 9 de enero de 2009, 3:39 , blablabla dijo...

Ayyy si...los mimos, les tengo como amor odio. Me gustan porque son tan artísticos y hacen todo en silencio (no como los payasos que gritan todo el rato), pero por otra parte...me ponen bastante nerviosa, nunca sabes lo que van a hacer o hacerte....
saludos